Koldo Pla
Piedramillera, 1950
Noveno entre doce hermanos, emigramos hacia el entorno de Pamplona al morir en accidente mi padre con su guzzi roja cuando yo tenía siete años. Él había sido maestro y quizás de ahí heredé mi dedicación a la enseñanza, ejerciendo en Etxabakoiz, Altsasu, Irurtzun, Atarrabia/Villava e instituto Askatasuna de Burlada.
Aunque aprendí euskera y he trabajado bastantes años en esta lengua, casi toda mi producción escrita se ha desarrollado en castellano, mi lengua materna. Por contagio de lecturas clásicas comencé a escribir poesía muy joven aunque solo estos últimos años he realizado un proceso de reflexión sobre los procesos de escritura. Recopilando poemas escritos en diferentes épocas, publiqué mi primer poemario Al borde de cada día, en 2011.