Anticuerpos contra el neoliberalismo Guía para después de la pandemia
El capitalismo ha demostrado poseer la capacidad de mutar de un virus, lo que le ha permitido ir adaptándose a las nuevas situaciones, a menudo ligadas a grandes catástrofes, y afianzar su supremacía como forma dominante de relación económica y social. Pero, al mismo tiempo, siempre ha habido movimientos emancipatorios, siempre ha habido anticuerpos que han combatido a ese virus, como mínimo, para mitigar sus efectos más perniciosos. Es pronto para decir si la crisis global provocada por el COVID-19 será la chispa que provoque o acelere una nueva mutación del virus del capitalismo, pero, por lo que sabemos hasta ahora, no le faltan cualidades. En tal caso, ¿cuáles serán las características de la nueva cepa? Juan Ibarrondo augura en este ensayo más desigualdad y autoritarismo. Ahora bien, sin caer en el optimismo ingenuo de quienes aseguran que esta crisis, de forma automática, nos hará mejores personas y abrirá un horizonte de justicia y solidaridad, también augura una efervescencia de los movimientos emancipatorios, de los anticuerpos. “Porque –dice– la pandemia nos ha debilitado, cierto, pero también nos ha cargado de razones, y, sobre todo, lo imposible se ha vuelto necesario”.
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