Boko Haram El delirio del califato en África occidental
La campaña #bringbackourgirls (“devolvednos a nuestras chicas”) mostró al mundo la existencia de Boko Haram, la organización yihadista que en abril de 2014 secuestró a más de doscientas alumnas de una escuela del noroeste de Nigeria. Pero ¿qué es Boko Haram? Es fácil perderse en la mezcla de realidad y ficción que rodea a este movimiento, que afirma querer implantar un califato en África occidental y que trata de sumarse a la estela mediática de la organización Estado Islámico de Irak y Siria. Sin duda, la capacidad operativa de Boko Haram ha sido magnificada por el periodismo sensacionalista y por quienes buscan justificar eventuales políticas intervencionistas y securitarias. Sin embargo, es también erróneo presentarlo como una mera excrecencia de violencia local y no tener en cuenta que, en el contexto de pobreza y exclusión del norte de Nigeria, Boko Haram ha sabido consolidar una base social receptiva a sus postulados ideológicos, por encima de las diferencias étnicas. A sus métodos terroristas añade un componente asistencial hacia sus simpatizantes más desfavorecidos y un discurso político que representa una alternativa desesperada a la corrupción e ineficiencia de las autoridades. Así, Boko Haram ha logrado atraer no solo a desclasados, sino también a gentes de clase media, jóvenes marginados por el sistema clientelista, actores políticos y económicos relevantes y hasta inmigrantes y niños de la calle. Todo ello hace presagiar que cualquier iniciativa contra esta organización que se base en el empleo de la fuerza fracasará, mientras no sea capaz de incidir en la situación estructural deplorable que la sostiene.
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