El euskera en Navarra Síntesis de una historia
La historia del euskera en Navarra parece haber dado un salto cualitativo importante con el descubrimiento de la Mano de Irulegi, el primer texto escrito en un antiguo euskera llamado vascónico y datado hacia el 75 a.C.
Con este texto las leyendas de las ciudades vasconas (Barskunes, Bentian, OTtikes…) que comenzaron a acuñar monedas a partir del año 140 a.C. cobran una nueva dimensión. Estas ya nos estaban indicando que aquel pueblo estaba realizando las primeras tentativas para adaptar un extraño y ajeno alfabeto ibérico a una fonética vasca propia y exclusiva. El registro poco posterior de nombres de personas, dioses y ciudades (Iturissa, Larrahe, Sesenco…) escritos con la grafía latina y con una clara traducción desde el euskera actual había sido, hasta ahora, un signo evidente de su alfabetización.
Sin embargo, seguirle la pista a este idioma más allá de la época romana ha sido una tarea complicada e infructuosa. Los historiadores se han mostrado siempre muy precavidos a la hora de establecer un vínculo que pruebe la continuidad lingüística entre las comunidades indígenas navarras de la Edad de Hierro y los vascones que irrumpen en la Historia en época romana. Profundizar hasta el Neolítico resultaba ya una tarea poco menos que imposible.
Este libro plantea que el euskera tiene su origen en las primeras comunidades agrícolas que arribaron a nuestra tierra desde los Balcanes al comienzo del Neolítico, en el 5000 a.C. Valiéndose de las investigaciones y conclusiones extraídas por otras disciplinas como la Genética, la Arqueología, la Lingüística, etc., pretende mostrar de una manera sencilla y asequible para el lector los fundamentos de esta teoría que recoge 7.000 años de historia y generar un debate siempre beneficioso para esclarecer algunos puntos todavía controvertidos sobre nuestra lengua.
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