Hasta la potxola me teneis
En «Hasta la potxola me tenéis», Ane Lindane pega un buen repaso a una nutrida serie de asuntos que forman parte de nuestra vida cotidiana y que precisamente, por exceso de cercanía, muchas veces no vemos con la perspectiva necesaria para analizarlos de una manera adecuada.
Ane da un paso atrás para tener una visión más amplia, coge carrerilla, se tira de cabeza, y sin miedo, con una pluma afilada como una navaja, se pone a destripar sin piedad, a diestro y siniestro, estos temas sobre los que demasiadas veces, pasamos de puntillas. Huyendo en todo momento del análisis facilón y políticamente correcto. Porque si hay que faltar, se falta. Y si hay que jurar, se jura.
Asuntos como el feminismo, la vivienda, el racismo, la maternidad, la gordofobia, el animalismo peluchista, la familia, el sistema educativo, el tema trans, el capitalismo, el clasismo lingüístico, los límites del humor y el drama, la religión o el magufismo y las pseudociencias, son algunos de los charcos en los que se mete a chapotear con sus botas katiuskas, que tienen nombre de misil soviético.
Hay que destacar los puntos de vista desde los cuales ataca los temas. Puntos de vista poco comunes, que provocan, incomodan y empujan a repensar las cosas desde un prisma muy diferente al habitual.
Este es un libro para despotorrarse de risa, para cabrearse, también para entristecerse, pero sobre todo, para pensar y darse cuenta de que rendirse a la cruel realidad del sistema impuesto que padecemos, no es una opción aceptable.
Ane Lindane no ha escrito un libro para quedar bien con nadie. No hace eso nunca en ninguno de los campos en los que actúa. Ane Lindane ha escrito, sin filtros, lo que le ha salido de la potxola. Y aquí, entre tus manos, tienes el fruto de su vientre.
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