Ignacio. Los años de la espada
Entre los pasajeros que el 19 de marzo de 1523 embarcaron en una nao rumbo a Italia, se encontraba Iñigo, al que luego se conocería como Ignacio de Loyola. Apoyado en la borda de la nave vio cómo se alejaban el puerto, las gentes, las casas de Barcelona. Algunos viajeros agitaban dichosos sus brazos en señal de despedida. Él decía adiós a una parte de su vida que no sabía si un día podría olvidar: su juventud en tierras de Ávila, su educación cortesana, su trato con los reyes; las visitas a su casa-torre natal en los bosques de Azpeitia; su época al servicio del virrey de Navarra...
Eran los años que ahora le dolían y que regresaban como fantasmas para herir su alma atormentada. Eran sus años de lujos, de desafíos, de mujeres conquistadas y amantes despechados, de torneos, de juego, de vino, de fiestas y músicas, de violencia y de guerra... Los años de la espada.
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