Kara y Yara rumbo a un nuevo mundo
Al final de la Segunda Guerra Mundial las ingenuas gemelas Kara y Yara han ido a parar a ambos lados del Telón de Acero. Kara fue entregada a los colaboracionistas de los nazis por unas sirvientas chismosas, liberada por un bombazo que destrozó las paredes de su calabozo y desvirgada por un camarada que se las dio de listo. Yara cayó en lo más profundo de una sima helada, se pegó un gran viaje alucinógeno tras comer setas venenosas y acabó comandando un pelotón de partisanos enanos yugoslavos. La muerte de Stalin las pilla en bandos enfrentados pero con la firme determinación de que nada las separará de nuevo. En la línea de El buen soldado Švejk, Trampa 22 o Matadero Cinco, Alek Popov ha escrito una sátira antimilitarista tremendamente divertida.
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