Lloro por King Kong
Madrid, mediados del siglo XX. Durante el velatorio del cadáver de don Julio Reyes, un acomodado paterfamilias de la España campante tras la Guerra Civil, sus allegados rememoran episodios en torno a la vida del fallecido y a las suyas propias durante los años de la contienda y reconstruyen un retrato sucio y cruel de la sociedad biempensante que pretenden representar. Lo que aflora es una crónica de falsedades, humillaciones e hipocresías, narrada a borbotones por un coro de voces -entre el testimonio directo y el flujo de consciencia- y que tiene su contrapeso en el personaje de Sole, la criada de la casa, símbolo de todas las derrotadas y derrotados de la historia y auténtica protagonista de la novela.
Publicada, sin apenas repercusión, en 1990, esta nueva edición de Lloro por King Kong permitirá conocer una de las novelas que mejor han retratado la España de la posguerra.
“Lloro por King Kong es una larga ráfaga, una sostenida, a ratos jadeante, racha de viento que transporta, como hojarasca y basura, la historia de nuestros abuelos y nuestros padres, separados no por una guerra civil sino por una diferencia de clase que es, al mismo tiempo, una diferencia de “alma”: dos “especies” enfrentadas, digamos, por su relación con la luz.” (del prólogo de Santiago Alba Rico).
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