Lo que esconde el agujero El porno en tiempos obscenos
La pornografía se ha apoderado de nuestra sexualidad y ha colonizado el imaginario erótico. Contamina lo que toca en cualquier cultura y atraviesa iconografías. Hoy se vende como expresión de rebeldía contra la moral conservadora. Se promociona en nombre de las libertades y, sin embargo, no lleva a ninguna revolución libertaria o colectiva. Nuestras vidas se pornifican porque nuestra productividad no se ve afectada. El ciudadano ha incorporado como derecho la explotación sin moderación de su erotismo, sus fantasías y hasta de la intimidad ajena.La educación sexual de los adolescentes también pasa por el porno, gratuito, variado y disponible veinticuatro horas al día a través de la red gracias a unos algoritmos que definen su sexualidad y les ofrecen más (de lo mismo). Entretanto, la cifra de negocio de la industria del entretenimiento y el placer aumenta sin cesar. ¿Qué esconde el agujero negro del porno? ¿Qué egos dilata? ¿Será verdad que queremos mostrar el nuestro para no quedar fuera de la escena? ¿Grabarse practicando sexo explícito es una forma voluntaria de obtener “impacto” o es un imperativo en la sociedad de consumo de experiencias? ¿Vamos a resignarnos a los estragos de la pornografía o queremos encontrar otras maneras de relacionarnos y expresar nuestra sexualidad?
16,00 €
15,20 €
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Cantidad
Detalles
Género
Ensayo
ISBN
978-84-9097-418-6
Idioma
Castellano
Fecha de publicación
26 febrero 2018
Peso
230gr
Ver índice
CAPÍTULO 1. EL INDIVIDUO MODERADO
Desvestir la moderación: por qué nos pone el porno
Huir del cuerpo. De santa Teresa al manga
El porno como ombligo del lenguaje: prefijos, sufijos y la licuadora
Las prostitutas no escribían porno-grafía
Carne sin gracia
CAPÍTULO 2. EL TRAMPANTOJO LIBERAL
Ring y lodo. Estanterías y etiquetas
El deseo como derecho (todas nos merecemos follar)
Desinfectado de empatía, el negocio resplandece
Manual para evitar el encuentro
Envalentonados por el porno. Violar está de moda
CAPÍTULO 3. LOS CARTÍLAGOS DEL NEGOCIO
El pollón
Dilatar (o el hueco)
El porno para quien lo trabaja
Look Trump Tower
Fantasía no es imaginar
Lo no confesado: la mamá
La ética es el disolvente
CAPÍTULO 4. LA REESCRITURA INTERMINABLE
Nadie quiere ser moralista
Por qué las chicas del porno no se ríen
Las que estaban delante se pusieron detrás
Hay business, hay relato
El porno cool: tú primero, guapa
Cuando las pornofeministas se blanquean el culo
CAPÍTULO 5. PORNONATIVOS
Porno, pastillas, póker: las tres pes de la educación sentimental
@adolescente #poscoito;): replicantes de buena voluntad
Insaciables: la orgía como utopía
#NoFilter #NoMakeUp #NoPhotoshop, mercancía a granel
EPÍLOGO
De la luz de la tienda erótica a la luz interior (y nuestras sombras)
Eliminar lo tóxico del imaginario y habitar el lenguaje
Hilos. El vínculo con todo lo vivo
Menos porno y más Eros (cuando Narciso deja de regodearse)
Amar es dar
Desvestir la moderación: por qué nos pone el porno
Huir del cuerpo. De santa Teresa al manga
El porno como ombligo del lenguaje: prefijos, sufijos y la licuadora
Las prostitutas no escribían porno-grafía
Carne sin gracia
CAPÍTULO 2. EL TRAMPANTOJO LIBERAL
Ring y lodo. Estanterías y etiquetas
El deseo como derecho (todas nos merecemos follar)
Desinfectado de empatía, el negocio resplandece
Manual para evitar el encuentro
Envalentonados por el porno. Violar está de moda
CAPÍTULO 3. LOS CARTÍLAGOS DEL NEGOCIO
El pollón
Dilatar (o el hueco)
El porno para quien lo trabaja
Look Trump Tower
Fantasía no es imaginar
Lo no confesado: la mamá
La ética es el disolvente
CAPÍTULO 4. LA REESCRITURA INTERMINABLE
Nadie quiere ser moralista
Por qué las chicas del porno no se ríen
Las que estaban delante se pusieron detrás
Hay business, hay relato
El porno cool: tú primero, guapa
Cuando las pornofeministas se blanquean el culo
CAPÍTULO 5. PORNONATIVOS
Porno, pastillas, póker: las tres pes de la educación sentimental
@adolescente #poscoito;): replicantes de buena voluntad
Insaciables: la orgía como utopía
#NoFilter #NoMakeUp #NoPhotoshop, mercancía a granel
EPÍLOGO
De la luz de la tienda erótica a la luz interior (y nuestras sombras)
Eliminar lo tóxico del imaginario y habitar el lenguaje
Hilos. El vínculo con todo lo vivo
Menos porno y más Eros (cuando Narciso deja de regodearse)
Amar es dar
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