Mal de manos
Eusebio Aspuru, veterano periodista deportivo, se dispone a escribir la biografía de Domingo Arriola, un pelotari que, a finales de los 60 y principios de los 70, lo tuvo todo para ser campeón y, sin embargo, su afición a la juerga hizo que terminara arrastrándose por frontones de ínfima categoría. Al final, incluso abandonó el país precipitadamente, sin que se sepa muy bien si ello se debió a que lo buscaba la Policía por agredir a su patrón, que se había largado con su novia, o a su implicación en el asunto de los partidos amañados y las apuestas ilegales del mafioso de su tío. ¿Pudo haber razones políticas detrás de aquella fuga? En realidad, Arriola solo se preocupó de sí mismo, pero aquellos fueron años convulsos en los que todo el mundo se vio salpicado en una u otra medida; por tanto, ¿quién sabe? En todo caso, Aspuru cuenta con la información necesaria para escribir la biografía. Solo le falta saber cómo terminó sus días Arriola al otro lado del charco y dispone ya de varias vías para averiguarlo. Pero, caramba, lo que iba a ser la biografía de un deportista golfo se ha convertido en un thriller.
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