Nos aburrimos en la ciudad
La más bella ciudad soñada por el primer y más influyente psicogeógrafo moderno. «Se dice que simplemente sometiendo la vida y la ciudad a su mirada, las transformaba» (Guy Debord). Existen pocas figuras tan inspiradores y, al mismo tiempo, injustamente desconocidas para entender una parte del siglo veinte, como la de Ivan Chtcheglov (alias «Gilles Ivain»), uno de los fundadores de la legendaria Internacional Letrista, aquellos letristas parisinos dedicados al vagabundeo, la poesía vanguardista, los escándalos y los problemas con la ley y el orden («Es un milagro que no muriéramos. Teníamos una mala salud de hierro», confesó). Antes de ser internado en un hospital psiquiátrico, planeó derribar con explosivos la Torre Eiffel e «inventó» la psicogeografía por medio de interminables derivas y una visión única y exuberante acerca del urbanismo, la arquitectura y la ciudad misma. Este «Pequeño Príncipe» fue el primer psicogeógrafo moderno y autor del Formulario para un nuevo urbanismo (1953), el más bello ensayo jamás escrito sobre la urbe como espacio para el deseo, el juego y el misterio. Guy Debord, íntimo y devoto amigo suyo, lo consideró «miembro externo» de la Internacional Situacionista. «Se dice que simplemente sometiendo la vida y la ciudad a su mirada, las transformaba», escribió.
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