Más de 30 años de corrupción, dos libros y una querella | Patxi Zamora (periodista y escritor)
Se cumplen 20 años de la publicación de Urralburu. Corrupción al servicio del Estado. El pasado mes de julio, una llamada desde Txalaparta me avisaba de una querella. Tuve que leerla varias veces porque estaba convencido de que se trataba de una denuncia contra El banquete, publicado en 2014, y sobre el que los autores (Alberto Gil, Aritz Intxusta y yo mismo) hemos sufrido numerosas “amenazas” de querella. Pero no, 20 años después, este trabajo de periodismo de investigación sufre una extraña demanda, preocupante como todas (y alguna experiencia tengo con Yolanda Barcina y el Gobierno de Navarra). Aunque el abogado afirma que no tiene posibilidades de prosperar.
Urralburu, corrupción al servicio del Estado fue El banquete I. En él se relatan los avatares de una época que va desde la autodenominada transición hasta que, a mediados de los noventa, se descubrió el negocio que tenían montado los líderes del PSN, y del Gobierno de Navarra, que les llevaría a la cárcel por corruptos. En este Urralburu se describen 20 años de “democracia” a la navarra que ponen los pelos de punta.
Uno, que es un ingenuo, pensó que, después de esta experiencia colectiva, Navarra quedaría vacunada contra la corrupción, el oscurantismo en la gestión, el enchufismo, etc. Craso error, porque en El banquete hemos demostrado que, durante los 15 años siguientes, se repitieron nombres, apellidos y similares conductas.
La unidad de acción entre UPN y PSN es intocable porque Navarra es cuestión de estado. En ese escenario (repudiar lo que huela a “vasco”), todo vale, incluyendo la violencia policial, el GAL y, por supuesto, el enriquecimiento de los líderes de todo ese montaje: el delegado del Gobierno en Navarra y luego director general de la Guardia Civil, Luis Roldán; el presidente de Navarra, Gabriel Urralburu; el consejero del Gobierno, Antonio Aragón…
Diez años después, lo ocurrido en torno a la CAN tiene similitudes indiscutibles: la unidad de acción entre UPN y PSN con el objetivo de que la Caja no se fusionara con ninguna “vasca” (germen de un futurible banco público vasco); la aparición en el escenario de esta gestión de “hombres de Estado” de primer orden, encabezados por Ricardo Martí-Fluxá; el apartheid contra los partidos que defienden el derecho a decidir (e incluso el ataque sin contemplaciones a quienes, desde su mismo entorno ideológico, querían una gestión transparente); la omertá que favoreció el enchufismo, los negocios todavía subjudice y un nuevo término, sustituto del “bolsismo” (porque en bolsas de basura se llevaron la pasta los próceres del PSN), el “dietismo” (porque en forma de dietas “legales” se lo embolsaron crudo los de UPN).
Personajes que fueron indispensables, lo siguen siendo: quien fuera vicepresidente del Gobierno con Urralburu en los ochenta, hombre fuerte del PSN, José Antonio Asiáin, fue el último presidente de la CAN (2011).
Y, por último, unos periodistas de investigación que escriben sobre lo que ocurre en su tierra y casi nadie quiere contar.
Urralburu, corrupción al servicio del Estado es un libro sobre 20 años de historia de Navarra: desde la secularización de Urralburu y el modus vivendi de los nuevos ricos sociatas, hasta la involución del PSN (tuve acceso a las actas de todos los Comités Regionales del PSN) en cuestiones clave como el estatus de Navarra y el derecho a decidir –que antes defendían sin tapujos–. Contiene fotos inéditas (una del cura Urralburu dando la comunión) y se acompaña de una pormenorizada explicación sobre el millonario cobro de comisiones. Este libro también describe con detalle el apoyo que recibieron Urralburu y el PSN por parte de UPN y el Diario de Navarra. Todo ello, adornado con perfiles de los personajes clave y detalles suculentos, fruto de muchas conversaciones con numerosas fuentes de información.
Dos libros a los que separan más de 15 años, varias amenazas y una querella vienen a demostrar que los resortes de lo que hemos dado en llamar “régimen” en Navarra, que tratan de blindar los intereses de las mismas élites, siguen funcionando como un engranaje perfecto. Así que no nos queda más que decirles que seguiremos trabajando, como periodistas, porque, una y otra vez, se sepa toda la verdad, caiga quien caiga.
Patxi Zamora
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