Breve historia de la plaza Consistorial de Pamplona, de la mano de Joseba Asiron

En 1905, Albert Einstein comenzaba a asombrar al mundo con la publicación de sus teorías, y la derrota rusa de Port Arthur ante los japoneses traía al gigantesco país los primeros desórdenes y la famosa sublevación del Acorazado Potemkin. Mientras tanto, en Pamplona, ciudad de 30.000 habitantes, comenzaban los derribos de murallas para crear el Segundo Ensanche, al tiempo que, a pocos metros de esta misma plaza, Elías Fernández Olagüe estaba afanado en la construcción de los célebres gigantes de la Mañueta.

La Casa Consistorial se construyó a resultas de la unificación de los burgos de Pamplona, tras de el Privilegio de la Unión otorgado por Carlos III el Noble en 1423, y se erigió en un espacio abierto, donde confluían los tres burgos mayores, Navarrería, San Nicolás y San Cernin. Se sabe que hubo un primitivo edificio del siglo XV, al que sustituiría el que se ve en la foto, levantado en el siglo XVIII. En la imagen pueden verse, sobre el impecable adoquín pamplonés, a un grupo de mujeres ante un puesto callejero de venta de telas, instalado junto a casa Seminario, mientras un hombre camina hacia la calle Zapatería, con txapela y chaleco, precedido por un perro. Al fondo, un elegante coche de caballos enfila ya la calle de Santo Domingo.

Hoy en día, la plaza del Ayuntamiento constituye una de las imágenes más conocidas de Pamplona, puesto que es el escenario del Txupinazo que da inicio cada año a las fiestas de San Fermín. Los cambios operados en esta plaza son pocos pero significativos. El viejo ayuntamiento fue derribado en 1951 y, aunque se respetó su fachada, se perdieron para siempre otros significativos elementos, como su preciosa escalera interior, de estilo barroco. El nuevo edificio, acoplado como va dicho a la fachada preexistente, se inauguró el 9 de septiembre de 1953, siendo alcalde de Pamplona Javier Pueyo. En cuanto a la preservada fachada original, es obra de José Zay (1756), construida en estilo rococó, aunque algunos detalles, como la superposición de columnas pareadas de orden toscano, jónico y corintio, así como el remate dotado de frontón, anuncian ya influencias neoclásicas que no armonizan del todo con el resto.

En el año 1955 se derribó la casa que iniciaba la bajada hacia el mercado, dando origen a un amplio espacio abierto, la actual plaza de los Burgos. También fue derribada la primitiva casa Seminario, siendo sustituida por un inmueble nuevo, pero que respeta la estética y los modelos arquitectónicos del entorno.