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Ruta literaria
Euskal Herria internacionalista
La lucha por la independencia de Euskal Herria ha llevado siempre aparejada la solidaridad con procesos similares que se vivían y se viven bien lejos de aquí. Quienes más se han empeñado en la emancipación de nuestra patria, más se han implicado en la liberación de las ajenas. Esta solidaridad ha permitido descubrir una de las dimensiones más hermosas del ser humano. Quien la practica, comparte el sufrimiento de otras gentes y vive con ellas la tensión que genera la búsqueda de soluciones. El internacionalismo ensancha fronteras sin ignorar identidades; nos convierte en ciudadanos del mundo desde nuestra propia reafirmación nacional.
Leire Ibarguren Agirre
Laura esaten zioten
Leire Ibarguren Agirre
Le llamaban Laura
Marco Tobón
Baigorri
Iñaki Gonzalo Casal
Cómo no quererte, Alba
Ricardo Castellón Nicolás Doljanin
Pakito Arriaran
Jesús Valencia López de Dicastillo
La ternura de los pueblos
Laura esaten zioten
En la década de 1980, un gran número de vascas y vascos participaron bajo la bandera del internacionalismo en los procesos revolucionarios abiertos en Latinoamérica. Varios fueron a El Salvador para unirse a la insurrección que en ese país centroamericano dirigía el FMLN. Con el tiempo, hemos conocido a Pakito Arriaran, Begoña García Arandigoien o Marta González, voluntarios caídos en la primera línea de fuego, pero a su lado estuvieron muchas y muchos internacionalistas más cuyos nombres desconocemos. Una de esas militantes fue Miren Odriozola. Participó en la guerra como sanitaria en un primer momento y, posteriormente, con muchas más responsabilidades en el frente de Chalatenango. Le llamaban Laura.
Le llamaban Laura
En la década de 1980, un gran número de vascas y vascos participaron bajo la bandera del internacionalismo en los procesos revolucionarios abiertos en Latinoamérica. Varios fueron a El Salvador para unirse a la insurrección que en ese país centroamericano dirigía el FMLN. Con el tiempo, hemos conocido a Pakito Arriaran, Begoña García Arandigoien o Marta González, voluntarios caídos en la primera línea de fuego, pero a su lado estuvieron muchas y muchos internacionalistas más cuyos nombres desconocemos. Una de esas militantes fue Miren Odriozola. Participó en la guerra como sanitaria en un primer momento y, posteriormente, con muchas más responsabilidades en el frente de Chalatenango. Le llamaban Laura.
Baigorri
Esta es la historia de Pedro Baigorri, un cocinero vasco que, por los azares de la historia, llegó a ser cocinero de Fidel y el Che y que, tras enguerrillerarse en el Caribe colombiano, dejó la vida en sus montañas. Pero antes de revolucionario, Pedro Baigorri fue un joven chef que tuvo que cocinar para Franco; amante del cine, pésimo bailarín, apasionado ciclista, hábil con los cuchillos y con disciplina de judoca, atesoraba todas las cualidades para convertirse en el luchador que fue. Este libro viene a hermanar a Pedro Baigorri con Pakito Arriaran, Begoña García Arandigoien Alba, Marta González Begoña y otros tantos militantes internacionalistas vascos que dieron sus vidas por un mundo mejor.
Cómo no quererte, Alba
El 10 de septiembre de 1990, la joven médico de Gares, Begoña García Arandigoyen, Alba, resultaba herida de bala durante un enfrentamiento entre una patrulla de las Fuerzas Armadas de El Salvador y una columna de la guerrilla Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN). Según la versión oficial, la brigadista vasca murió a consecuencia del cruce de disparos entre ambos. Sin embargo, la realidad fue otra: Alba fue herida, y capturada viva por los militares salvadoreños. Después, fue violada, torturada y ejecutada con un tiro en la nuca. La joven formaba parte del personal sanitario de aquella columna guerrillera que fue acribillada a tiros en los cafetales de las faldas del volcán de Santa Ana.
Pakito Arriaran
Un hombre que era un pueblo en otro pueblo. Este libro lo componen voces, miradas y memorias alrededor de Pakito Arriaran, militante del pueblo vasco y del pueblo de El Salvador en armas, donde fue «Juancito». Las luchas comunes trascienden sitio y tiempo gracias a prácticas donde las ideas toman cuerpo, sellan afectos. Y este alegre joven, quien de Euskal Herria había llegado entero y en Venezuela se hizo adicto a la salsa, con una sola pierna y montado en una soberbia yegua blanca, se obstinó en comunicárselo a sus compañeros, cada mañana, entre aguas y pájaros; igual de entero.
La ternura de los pueblos
Este libro nos propone un viaje (desde los orígenes del nacionalismo vasco hasta nuestros días) por distintos pueblos y luchas (Euskal Herria, Irlanda, Nicaragua, Guatemala, Cuba, Palestina, El Salvador, Sáhara y otros) donde vascos y vascas han dado lo mejor de sus vidas o, incluso, la vida misma. Su experiencia ha hecho realidad la descripción que hiciera el poeta: “la solidaridad es la ternura de los pueblos”.