Cocina de verano
Ya sean unos gnocchi alla genovese —«una excusa para comer pesto»—, un lenguado au vert o un delicioso helado de grosella, para Elizabeth David «verano» es sinónimo de alimentos frescos y de temporada de recetas sabrosas y ligeras al paladar de cocina auténtica, preparada sin prisas y con amor al prójimo, que traslade los sabores del huerto, el campo y el mar hasta la cocina y la mesa del comedor.
Así, Cocina de verano, un exquisito recetario escrito en 1955, es un compañero indispensable para celebrar los meses más cálidos del año. En sus páginas encontraremos platos de todos los rincones del mundo, así como capítulos sobre hierbas aromáticas, mermeladas y conservas y sobre cómo preparar un picnic de mantel o un almuerzo improvisado durante los días de vacaciones.
El resultado es un libro de cocina total: desde el placer que proporcionan las recetas hasta su magistral prosa, que define de un modo hermoso y sensual la vital relación entre comida y cultura.
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