La cárcel no castiga el delito Castiga la pobreza y la rebeldía
Pastora nos traslada en estas páginas al infierno carcelario, a las cloacas del estado de la mano de su hijo Xosé Tarrío, 14 años encerrado, 12 en los módulos FIES, la cárcel dentro de la cárcel, el infierno dentro del infierno.
Desgarrador testimonio de una madre ingobernable y de su lucha infatigable por arrancar a su hijo de las garras del presidio.
Aquí nos narra todas las vejaciones que tuvo que sufrir su hijo en carne propia por ser pobre y rebelarse ante las injusticias, unido a todo lo que tuvo que ver, oír y soportar de todas las aberraciones que cometieron contra Tarrío.
Una guerra desigual que no mermara ni un ápice las energías para mantener intacta su dignidad.
“La cárcel solo fue hecha para los pobres. Todo lo que le estorba a la sociedad y toda persona rebelde acaba ahí, pero a un rico no lo veréis nunca, a lo mejor un mes o dos, y no en las condiciones en que están nuestros familiares. A mi que no me digan que existe la justicia, porque para la gente pobre no hay”.
“No podemos cerrar los ojos a toda esta brutalidad. Que donde haya una injusticia, tenemos que estar ahí para gritar, que no tenemos que tener miedo. Debemos seguir luchando”.
Si eres persona de buen corazón, lo que aquí nos cuenta Pastora no te dejará indiferente”
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