De la oligarquía vizcaina al caso Villarejo: la crónica negra del BBVA
El caso Villarejo, o cómo el BBVA pagaba a un excomisario para ganarse favores, prebendas y hacer negocios a costa de informaciones, es, solamente, la punta de un iceberg que hunde sus raíces en lo más profundo y oscuro del sistema capitalista: todo vale para maximizar beneficios y aminorar costes. Oriol Malló nos abre las entrañas del BBVA que es, desde sus orígenes bilbaínos hasta la actual expansión global, el ejemplo más palmario y cercano de que “todo vale” significa, para las élites financieras, blanqueo de dinero, connivencias, compra de favores en gobiernos y juzgados, puertas giratorias, cuentas secretas y paraísos fiscales.
Desde que, allá por 1988, dos de las familias más importantes de la oligarquía vizcaina, al mando de las dos entidades financieras más importantes de Bizkaia, decidieran aparcar sus diferencias y crear el Banco Bilbao Vizcaya, el holding bancario más importante del País Vasco, el devenir de la entidad correría parejo a la desindustrialización, la financiarización de la economía, las privatizaciones, las fusiones y las crisis económicas de todo signo. A partir de la información aportada por un fiscal anticorrupción -que muere en un aeropuerto de Milán- y un abogado-notario del BBVA en Puerto Rico -encarcelado e inhabilitado-, Oriol Malló traza, con maestría y apoyado en una rica red de fuentes, la crónica más negra y oculta del segundo banco del Estado español. Conocidos políticos, periodistas, jueces -como Baltasar Garzón-, fiscales y banqueros, con nombre y apellidos, personajes clave del ámbito vasco, español y global, desfilan por el libro, situando con precisión sus responsabilidades. Un esclarecedor recorrido por las cloacas del sistema que se completa con un profundo análisis del contexto económico en las diferentes épocas del gigante bancario, y que se nos convertirá, al fin y al cabo, en la crónica del devenir del capitalismo vasco y español, en la historia de cómo los poderosos se hicieron más poderosos.
Este libro sobre el (segundo) banco más poderoso de España ve hoy la luz gracias a la fugaz idea de homenajear al fiscal que desafió al BBVA y a la petición de los amigos de Txalaparta de que rescatara también el hilo negro de un banco de bancos que junta, en su devenir histórico, los cuatro jinetes del apocalipsis ibérico: la acumulación originaria, la colusión entre las finanzas y el Estado que construyó el oligopolio bancario y desató la cerrazón de las élites, esas redes de poder ensimismadas y soberbias que ejercieron, hasta 1982, la dominación sin consenso y nunca dejaron de pasar los saldos de sus desastres a un sinfín de gobiernos amigos que, siempre y hasta el fin, los defendieron con la fuerza de las armas y los créditos fiscales.
Oriol Malló, autor del libro
El autor
Oriol Malló Vilaplana (Barcelona, 1967) es periodista, que, como él mismo afirma, “nunca pecó de objetivo y creyó que no solo se trataba de contar las cosas, sino incluso de cambiarlas”. En ese afán y en su pasión por la historia contemporánea, ha escrito varios textos sobre temas del pasado que marcan nuestro presente y dibujan nuestro futuro. Entre sus nueve libros destacan La revolta dels Quixots (1997), una aproximación a la guerrilla anarquista en el primer franquismo; En tierra de fariseos (2000), sobre la relación entre Iglesia y totalitarismo, la biografía de un juez corrupto (Seréis como dioses, 2001) y un pamphlet sobre la escuela activa (Confessions d’un kumbayà ressentit, 2006). Ganador del Premio Nacional de Periodismo de Catalunya en 1992 por sus reportajes sobre la guerra de Yugoslavia, Oriol Malló ha trabajado durante años las fuentes política y cultural. Hoy en día reside en Ciudad de México y colabora con varios medios europeos.
Las claves del libro
Un libro en un cajón guardado
“Os envío este libro sobre el BBVA que durante un tiempo ha estado guardado en el cajón de una editorial, sin que nadie se atreviera a publicarlo”. Con esta nota llegaba al mail de Txalaparta el libro Un fiscal contra el BBVA. Tras leer las primeras líneas incrédulos y devorar el original en apenas dos días, y conocer de cerca la historia del libro y de su autor, el periodista catalán Oriol Malló, no nos cupo ninguna duda: era “normal”, en el estado de cosas actual, que nadie se atreviese a publicarlo. “Este libro llega tarde y mal porque BBVA impidió que el público conociera las pruebas de su juego de trileros estafando al mundo”.
Un fiscal y un notario contra un banco
David Martínez Madero, fiscal Anticorrupción de la Audiencia Nacional española y garganta profunda de Oriol Malló, es el origen de esta investigación. Él ha sido una de las pocas personas que tuvo acceso, en el año 2000, a los números y las cajas, b y a, del BBVA. Una información que sería completada posteriormente por Nelson Rodríguez, abogado-notario del BBVA en Puerto Rico, y que probaría que la entidad financiera ocultó, lavó y usó el dinero del banco para pagar mordidas e invertir en Latinoamérica de forma claramente fraudulenta. En enero de 2011, recuerda con pesar Malló, “mi fuente muere en el aeropuerto de Milán tras un ataque al corazón”. Nelson correría mejor suerte: pero acabaría siendo juzgado y sentenciado a cárcel, inhabilitación y prohibición para abandonar territorio estadounidense. Los hilos de los que tirar eran muchos para Malló, pero el ovillo tenía una buena aguja: había que hacerles justicia al fiscal y al notario que lo habían contado todo.
Un juez estrella que también lo guardó todo en un cajón
Si los cajones de las editoriales están repletos de libros olvidados, por voluntad u omisión, las cajoneras de un juez estrella como Baltasar Garzón -quien instruía el caso BBVA- rebosan celulosa por los cuatro costados. De ello fue testigo Martínez Madero y depositario, luego, Oriol Malló: “En las horas anteriores a su auto de acusación, y en extraño arrebato ventrílocuo, Garzón le preguntó, ansioso y colérico, a su fiscal de cabecera si quería ‘acabar con el sistema financiero español’. Entre el 24 y el 25 de abril de 2002 el fiscal supo que en el despacho del juez pasó todo lo imaginable y más”.
Un libro que se hizo negro
Con todos los ingredientes propios de una novela negra, fruto de sus investigaciones sobre los asuntos más turbios de las empresas españolas en América, al periodista catalán no le quedó otra que ir armando una historia negra en la que, como una espiral ascendente, encontramos una y otra vez el eterno retorno de lo mismo: corrupción y pillaje. Porque, si por algo es interesante el BBVA, es precisamente porque encarna a la perfección los valores, mutables y eternos, que han ido guiando el capitalismo tal y como lo conocemos en Euskal Herria y el Estado español desde hace dos siglos.
Las dos almas de una ciudad que se fusionaron en un banco
Los del Banco Bilbao se rodeaban de la clase política emergente en la dirección, como los cuadros del Gobierno vasco, y hasta se preocupaban de pagar mejores sueldos a sus 16 000 trabajadores bancarios, cuidando, también, a los sindicatos amigables, mientras procuraban mostrar cierto apego por una comunidad en ruinas, o aquella villa del hierro sumida, para 1985, en un desempleo del 25 %, obra y gracia de la reconversión industrial que liquidó, a costa de los trabajadores, el lastre de ambos bancos.
La jesuítica humildad en las formas de la dominación era la sorna de los gestores del Banco Vizcaya, entusiastas de la banca liberada, futurista y especulativa, reino de mánagers jactanciosos, incentivados con sustanciosos paquetes de acciones por su presidente, moderno donde los haya, que despreciaba el sindicalismo y, en total coherencia ideológica, pagaba mucho peor a sus 11.000 trabajadores, sin descuidar, por si acaso, el flanco del Estado o los amigos socialistas de Madrid.
Pedro Toledo Ugarte y sus ejecutivos estrella, como Ángel Corcóstegui, abrazaban la nueva doctrina financiera de los tiburones de Wall Street, culto al héroe posmoderno que el primer mánager del Vizcaya imitaba con sus trajes Armani, su pelo engominado y sus ínfulas de banquero internacional, con yate propio, al estilo de Mario Conde -un competidor que terminaría preso-”.
La fusión y la lucha de clases
El nuevo banco fusionado, que nació bajo las siglas de BBV (Banco Bilbao Vizcaya) en 1989, fue una corporación financiera con distinta cartera -Telefónica e Iberdrola fueron sus patas noventeras- y un abanico de negocios -crédito hipotecario y empresarial- que parecía contradecir la misma naturaleza de la banca vizcaina. Aunque el Bilbao y el Vizcaya fueran, en su estilo de gobierno, “culturas antagónicas” cuya integración desataría una “sórdida trama de cuchilleros de guante blanco”, algo unió siempre, y, ante todo, a las camarillas reunidas en sus consejos de administración: una clara, rotunda y estable conciencia de su papel en el mundo. O, dicho en las palabras de un bardo de las finanzas, Manuel Aznar: “la romántica empresa del capitalismo bilbaíno” se forjó en el lugar donde “la lucha de clases tomó caracteres más duros”.
Hacer de nuevo las Américas: la inconfesable receta del BBVA
Acorde al testimonio del expresidente del Banco Bilbao Vizcaya en Puerto Rico, el BBVA utilizó (¿utiliza?) “sobornos, diversas formas de pagos, compra de acciones a sobreprecio”, “para facilitar las adquisiciones y obtener rápidamente el control mayoritario de diversos bancos latinoamericanos”. Si eso incluía sobornos a políticos o lavado de dinero de narcotraficantes, la receta bilbaina contemplaba un solo paso: “Desembolsa”. En el libro descubriremos los distintos ingredientes utilizados en los principales países latinoamericanos, incluso la financiación de la campaña electoral de Chávez (que se convirtió en un fallido intento de compra de voluntades gubernamentales).
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