El surgimiento de Hala Bedi | Movimiento de resistencia II. Radios libres, fanzines y okupaciones

Comentarios alrededor del surgimiento de Hala Bedi

Otras emisoras que comienzan su andadura en el verano de 1983 son Hala Bedi Irratia de Gasteiz, una potente emisora que dará mucho de qué hablar durante los siguientes años, y el proyecto de radio libre bilbaína Kalaña Irratia.

Un ejemplo de cómo se produce un proceso de integración particular en un colectivo radiofónico como Hala Bedi en su fase inicial es el descrito por Fernando [1]. Un interlocutor que ubica a los primeros participantes en la emisora en una zona concreta de Gasteiz e indica que las interconexiones que establecen diversos grupos en dicho espacio producen un sentimiento de agregación directa entre iguales, cuasi tribal, a cuya afinidad es relativamente difícil de acceder hasta que se realiza una especie de iniciación práctica en un colectivo que, como Hala Bedi, es el foco de una multiplicidad de actividades alternativas.

Integrarme aquí [Casco Viejo/La Zapa] me costó bastante. Mucho negro y rollo, pero son bastante obtusos. Yo intenté meterme en Hala Bedi, pero tampoco sabía por qué me miraban todos como… -¡Claro!, como yo no era poteador del Casco Viejo…- "¡Tú qué haces aquí, metiéndote aquí!” parecía que pensaban. No te lo decían, pero era así. Hasta que empecé a participar y allí estuve varios años. No tuve programa de radio, era lo que menos me interesaba.

Juan [2] destaca la coincidencia en el tiempo entre el surgimiento del núcleo inicial de la radio libre Hala Bedi y el instante en el que él comienza a regentar en La Zapa el también referencial bar San Roque. Y Fernando apunta que el núcleo Hala Bedi se conforma con la incorporación de gentes procedentes de ámbitos sociales y prácticas diferentes, lo que crea un tipo de agregación lúdica y socio-política inédita hasta entonces. Un embrión de un movimiento alternativo local que incluye en su seno a una variedad de componentes [3].

Lo que sí se veía eran los agrupamientos de ‘baskas’ diferentes y eso era algo nunca visto hasta entonces, que hubiera antimilis, antinucleares, obreros, autónomos, estudiantes, mujeres, ‘vascos’… [en referencia a los militantes del MLNV] era una cosa nueva.

Una importante aclaración es la desarrollada por Juan, que señala la existencia de una gran densidad de interacciones alternativas en el espacio gasteiztarra en este momento y cómo desde estas se va generando un cierto sentimiento de pertenencia a un movimiento concreto. Apunta, asimismo, que algunas de las expresiones que lo conforman, y le dan una identidad específica, son la música punk y el RRV o el antimilitarismo. Para Juan, el núcleo catalizador de toda esta amalgama de personas y grupos es Hala Bedi, un colectivo radiofónico en el cual confluyen desde sectores informales hasta sensibilidades políticas variadas, que van desde la izquierda extraparlamentaria a personas con una ideología autónoma y asamblearia.

Se crea un círculo. En ese momento otra cosa importante es que surgen una serie de grupos de música punk y luego se hacen famosos: Hertzainak, Cicatriz, La Polla Records, aunque este estaba más en Salvatierra, pero también era de la peña. Es gente que está poteando por esos bares y se conoce y decide montar un grupo y luego se hacen famosos. Esto hace que la gente de la Zapa también se organice para montar festivales (prácticamente sin pagar un duro) con los grupos de la peña que tienen necesidad de tocar. […] Por otro lado, la gente de La Zapa se empieza a apuntar a la movida antimili [periodo de la Objeción Colectiva] […]. Otro aglutinante, el principal, fue la radio libre Hala Bedi, ahí sí que entró gente de esos sectores informales que andaban pululando por La Zapa. Se juntaron con gente más politizada, de EMK. Hay relaciones personales con ellos y están cercanos, también entran currelas de las CUIS, gente del antiguo movimiento autónomo y del movimiento asambleario.

Y Fernando apunta a una tienda, Xirimiri, como el primer lugar de encuentro entre la gente procedente de los distintos ámbitos que conformarán Hala Bedi y el movimiento alternativo vitoriano.

En la Zapa, cuando empecé a moverme, había una tienda que sirvió un poco de foco de concentración de gente: Xirimiri. La llevaba una moza de EMK que conocía de antes de Zaramaga, y llevaba también el Grupo de Mujeres de Zaramaga que era un poco especial. Su tienda fue un foco, tenía atrás un apartado y allí se reunía la gente que no tenía otro sitio a donde ir. Lo mismo hacías una pancarta, que una cartera de cuero, que unas chapas, que hablabas de mil movidas. Era gente de diferentes ámbitos que se fue reuniendo y formó Hala Bedi.

Un dato que va a aportar Juan es que en Hala Bedi se halla la matriz del Resiste, otro significativo foco contrainformativo del movimiento alternativo gasteiztarra. Un fanzine que, según apunta, surge por la necesidad de contar con un medio de comunicación escrito y que aparece primero como una simple hoja o boletín de noticias e inmediatamente se estabiliza con formato de revista. Ya que, en opinión de Juan, las discrepancias existentes en el núcleo promotor de la radio, en torno a la línea ideológica a seguir y a las relaciones políticas a desarrollar con otras estructuras como las del MLNV o el EMK, además de los problemas de desgaste que de por sí tiene una dinámica radiofónica continuada, favorecen la apertura que conlleva la creación del fanzine autónomo Resiste.

Una gente que estábamos en Hala Bedi tuvimos la idea de que hacía falta un medio escrito de difusión y sin plantearnos mucho más sacamos el Resiste. Era un medio de dar noticias. En ese momento había muchas cosas sobre las que informar en Vitoria. En el Resiste estuvo gente de Hala Bedi y otra gente que había ido saliendo de Hala Bedi, porque una radio libre desgasta mucho por su propia dinámica de funcionamiento y todo lo que hemos contado de mosqueos con los vascos y con gente de dentro de la radio, con gente de EMK. La gente se sale y otros continúan montando el Resiste.

Fernando también señala a otro de los focos iniciales del movimiento asambleario y autónomo vitoriano, el bar Roque. Un establecimiento hostelero que sirve de punto de concentración e interacción activista de los sectores próximos a la radio Hala Bedi y en el que se fomenta la distribución de materiales juveniles como fanzines, discos y las primeras maquetas producidas por las nuevas bandas de rock and roll que están apareciendo por la zona. Y además precisa que, en un periodo relativamente corto de tiempo, los núcleos mentados producen un sinfín de actividades.

Fue el primer bar que se diferenció. Por los fanzines que vendía, porque el tipo música que se oía era diferente y servía de concentración de la gente de Hala Bedi. La gente se juntaba allí y hablaba o hacía carteles. Tampoco existían en Gasteiz locales juveniles aparte de los bares. [...] Se empiezan a hacer manifestaciones ateas, antirrepresivas, a las dos de la mañana… Aquí eso asustaba mucho. [...] También se empezaron a hacer Fiestas Alternativas, respaldo a movidas obreras…

Y el movimiento se expande por el Casco Viejo de Gasteiz en forma de red de bares que, con un estilo similar, impulsan el desarrollo de iniciativas alternativas y ofertan espacios para la interacción de los grupos de iguales identificados con estas actividades. La misma gente que impulsa estos espacios de evasión cuenta con una procedencia que los conecta con el foco emisor, con la radio Hala Bedi. Un hecho que es determinante para que se pueda adoptar un criterio común contra los planes de gentrificación del ayuntamiento, que giran en torno a la privatización del espacio, la limitación de los horarios de los establecimientos hosteleros y la rehabilitación del casco antiguo. Una oposición que catalizará la Asamblea de Bares de la Zapa y su continuadora, la Asamblea Cultural de la Zapa.

Notas