¡Aquí todo es ETA!
(Narración del libro de Adelaida Artigado A un latido de distancia)
Gestoras Pro Amnistía ofrecían asistencia humanitaria tanto a las presas y presos políticos vascos como a sus familiares, asistencia jurídica a los detenidos, denunciaban las torturas que se suceden tanto en las comisarías como en las cárceles, organizaban campañas populares por la libertad y la repatriación de los presos y presas de Euskal Herria…
El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón consideró los objetivos de Gestoras una amenaza para el Estado español y decretó, en diciembre de 2001, la ilicitud y la suspensión de todas sus actividades, así como la detención de doce abogados vascos pertenecientes a la organización. El magistrado fue aumentando la lista de encausados y el 28 de abril de 2008 comenzaría en la sección cuarta de la Sala de lo Penal el macrojuicio.
El 18 de junio, veintiún de los veintisiete imputados vascos fueron condenados a penas de entre ocho y diez años de prisión por ser considerados integrantes de la organización independentista ETA. Los acusados se negaron a declarar, certeros: “La decisión ya estaba tomada”.
Para el juez Garzón:
-Luchar por los derechos de los presos políticos vascos es ETA.
-Ofrecerles asistencia jurídica es ETA.
-Ofrecer apoyo a sus familiares es ETA.
-Exigir el fin de la dispersión por todo el Estado español y la reagrupación en Euskal Herria es ETA.
-Denunciar “Aquí se tortura” es ETA.
-Hacer frente a los abusos policiales y legislativos es ETA.
-Denunciar los abusos de los derechos humanos es ETA.
-Organizar campañas por la libertad de los presos y presas políticos vascos es captar a personas para que se integren en ETA.
El profesor Manuel F. Trillo, en defensa de los acusados, precisaba: “El gran mensaje del demofascismo es: ‘No lleves nunca agua al preso, acabarías ocupando su celda’”.
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