Tijuana in Blue | Breve historia del grupo · Jakue Pascual
En la primera parte de Movimiento de resistencia, Jakue Pascual analiza el contexto social de los años 80 para explicar la llegada del punk a Euskal Herria. El libro incluye una cronología con todos los conciertos, discos y maquetas del punk de la época, así como un actualizado y extenso anexo con la historia de todas las bandas vascas de referencia. Reproducimos aquí la entrada dedicada al célebre grupo navarro Tijuana in Blue.
Si hay un grupo que ha combinado diversión con protesta son los navarros del grupo Tijuana in Blue. Su andadura comienza a mediados de los ochenta, pero el embrión se gestó cuando Marco Antonio Sanz de Acedo y Jimmi Errea coincidieron a principios de la década en el experimento radiofónico musical y pirata de Radio Paraíso, que fue clausurado en febrero de 1981, vuelto a poner en funcionamiento y cerrado definitivamente el 29 de marzo de 1983; aunque para entonces ya estaba funcionando la emisora libre Eguzki, organismo que se convertiría en el foco radiofónico radical en torno al cual se asociarían un sin fin de experimentos juveniles y alternativos. Precisamente, el apodo Eskroto, que acompañará a Marco Antonio Sanz parte de su vida, le viene dado de la denominación que tenía su programa “Eskroto Krótalo” en la Paraíso.
El 85 comienza con incidentes durante la celebración de los Carnavales Alternativos que habían montado los colectivos de la Eguzki, en un espacio de la calle Calderería que había sido habilitado en el 84 como plaza por los ecologistas, en el lugar donde anteriormente estaba la casa de baños, derribada en 1980 por el Ayuntamiento. En este caldo de cultivo, Katakrak impulsa la ocupación de Zapatería 40, violentamente desalojada por dos veces (31 de marzo y 21 de abril), que tiene como consecuencia la campaña juvenil paralela “Juventud Crónica: La miseria (puta) de ser joven”, que se enfrenta a la visión que las instituciones navarras pretenden dar de los jóvenes con su costosa exposición “Crónica de juventud”. Luego llegará el tapiado de la plaza de Calderería y el derribo popular de junio y el levantamiento del muro reforzado en octubre y su vuelta a derruir.
Y, en esas andaban Eskroto y Jimmi, recibiendo porrazos y entrando y saliendo de comisaría; eso sí, sin perder el buen humor, a la vez que ideaban en “El Chino”, en la barra del bar Thutt, sus primeras canciones. Objetivo inicial: componer una especie de himno a Katakrak. El resultado no puede ser más satisfactorio, ya que incluyen "Bebe y olvídalo" en recopilatoria de apoyo a la ocupación “Iruña for Katakrak”, junto a los grupos asociados a la coordinadora Kokorrock: Porkeria T (“Qué importa”), Fiebre (“No sé”), Belladona (“Una noche de amor”), Malos Tratos (“Qué esperas de mí”), Ultimátum (“Patrias miserables”), Barricada ("Solamente una vez"), y que además contiene el tema de Todos Unidos interpretando el "Himno de Katakrak".
A los Tijuana les anima la iniciativa y comienzan su periplo. Sus inicios son tormentosos. El 18 de agosto debutan en Tafalla y aparece la Guardia Civil escopeta en ristre, mientras impacta alguna botella en su vehículo; además, tienen que salir corriendo de Artajona, donde el respetable no comparte el sentido de humor de la banda. Sus “espectáculos truculentos” no dejan indiferente a los espectadores. Se ofician parodias de liturgias negras, se profieren blasfemias, se simulan sacrificios y se arrojan vísceras de animales al público, los cantantes salen disfrazados y en las actuaciones aparecen el mimo Collins y el dibujante de historietas Carlos Azagra, quien se convertirá en uno de los cronistas privilegiados del movimiento radical de los ochenta.
Caos, anarquía y juerga entre rock, rancheras, hardcore, ritmos jamaicanos y jotas, que hacen de los Tijuana in Blue una especie de colectivo con un equilibrio inestable situado entre el desenfreno y lo experimental, como puede apreciarse en directos como el grabado de manera pirata en la sala Zeleste (“Directo en Barcelona” versión K7 y posterior en CD) o en el registrado como “El festi de la A”, que, junto a Pisando Fuerte, dieron para los anarquistas en Santa Coloma.
La casa navarra Soñua se fija en ellos y les ofrece compartir un LP con Potato en 1986 (“Potato / Tijuana in Blue”), disco que graban, en condiciones penosas, tras una gaupasa. Una entrega que hace que el grupo se replantee su errática trayectoria y se rompa, forzando Jimmi y Eskroto la renovación de la banda. Una nueva formación con la que, y tras muchos conciertos, acometen su primer largo en solitario, “A bocajarro” (Oihuka, 1988), mucho más profesional y rockero que, sin olvidar los aires irreverentes ni los sones populares, contiene hits como “Maki Navaja, el último chorizo” o el futbolístico himno “Urroztarra, fuerza y garra”.
Más cambios en la formación y, al año siguiente –y con el mismo sello-, sale el mini-LP “Sopla, sopla”. Le sigue inmediatamente el popular “Sembrando el pánico” (Oihuka, 1990), en el que colabora como productor su conciudadano Alfredo Piedrafita de Barricada. También pasan por el plató de televisión del programa Plastic en el que, como no podía ser de otra manera, Jimmi y Eskroto dejaron su impronta al aparecer beodos cantando una jota.
Poco después, Eskroto sufre una accidente de tráfico, tras volver de un concierto en el gaztetxe de Laudio, que lo mantiene alejado de los escenarios una buena temporada, no volviendo ya a tocar con los Tijuana, pues se marcha a México, de donde vuelve decidido a montar una banda de Napar-Mex. Mientras tanto, sus compañeros de Tijuana salen al paso rockanroleando sonidos que cuajan en el elepé compartido con Los Insoportables, en donde versionan a Slade en “Far far away”, a Rolling Stones en “Una noche y un guion”, a Dead Boys en “Quiero ser un Dead Boy” y a Upright Citizens en “…He aquí el dilema”. Un elepé concebido como apoyo solidario al sello alternativo de Javi Destruye, Basati Diskak, de quien Jimmi es amigo. La portada de “Versioneando” (Basati Diskak, 1991) es del diseñador Manolo Gil y es un collage paródico pensado a modo del disco de The Beatles “Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band”.
Fichan por dos discos con el sello Pasión, de Madrid y, entre tanto, su antigua discográfica Oihuka edita también, en 1991, un recopilatorio de temas suyos grabados con el sello: “The best of 1986-1990 en su punto”. Y, ya sí, sale con la casa madrileña “Te apellidas fiambre”, producido de nuevo por Alfredo Piedrafita. Pero empiezan los problemas con el sello, los Tijuana no se hallan en el ambiente de Los 40 Principales, rescinden el contrato con la discográfica y se vuelven para el pueblo. Aunque la cosa no acaba ahí y los problemas se reproducen en el grupo lo que, junto a algunas malas puestas en escena, hace que los Tijuana cierren el chiringuito.
En paralelo, Eskroto seguirá haciendo sus pinitos y ya como Gavilán monta Kojón Prieto y los Huajalotes, donde se incorporan también músicos de Tijuana y Tonino Carotone. Una banda que llegará a sacar tres discos y un recopilatorio con Gor: “Agárrense que llegan los reyes del Napar-Mex” (1993), “Síganle compadres” (1994), “¡Salud cabrones!” (1995) y el compilado, que incluye tres temas inéditos, “¡Échenle guindas al pavo!” (1997). Los músicos de Tijuana acaban desparramados en otros combos como Lehendakaris e incluso Jimmi monta con Alfredo Piedrafita el grupo In Vitro, que edita un disco homónimo en Desobediencia en 1999.
Los miembros de Tijuana siguen manteniendo buenas relaciones y vuelven a juntarse en 2001 en apoyo al euskera y a la iniciativa de la asociación de bertsolaris de Nafarroa, grabando el tema “Altzairuzko hesiak” para el recopilatorio “Hitza dantzan” editado por Gor e incluso adaptan al euskera algunas de sus canciones. Los Tijuana se reúnen de nuevo a llamada de Eguzki Irratia y en febrero de 2003 tocan con Gari, Selekta Kolektiboa y Betagarri en un abarrotado Anaitasuna. Seguidamente, repiten con Barricada y Ekon en Aoiz en el marco de la oposición a la construcción del pantano de Itoiz. Y se van de gira, una de cuyas actuaciones –la de la sala Razzmatazz de Barcelona- queda registrada por Gor en un CD y en un DVD, “Antes de perder el riego”, en el que además se incluyen viejas actuaciones filmadas de la banda.
Tras una treintena de actuaciones, celebran la despedida el 29 de noviembre sobre las tablas de la sala Artsaia, acompañados por amigos como El Drogas y Alfredo Piedrafita de Barricada, Francis de Doctor Deseo, Juankar de Boicot o César de Marea. Al día siguiente, domingo 30 de noviembre, Marco Antonio Sanz de Acedo -Eskroto y Gavilán- es encontrado ahorcado en su casa de Allo, llevándose las razones con él a la tumba.
Huelgas, conflictos obreros, agitación, guerra sucia, crisis, represión, paro, desilusión, heroína y bombas. La de los ochenta es una década llena de emociones, de cruda realidad y de sueños. Entre pelotazos, controles, botes de humo y porrazos, el no future desesperanzador y la utopía movilizadora, se abre paso en Euskal Herria una nueva generación, un potente y heterogéneo movimiento de resistencia compuesto por jóvenes de distintas adscripciones ideológicas. Abertzales, antimilitaristas, libertarios, ecologistas, feministas… se unirán en torno a una tupida red de medios contrainformativos y gaztetxes; rularán de concierto en concierto y de mani en mani.
Jakue Pascual sigue adelante en su tarea de documentar y analizar el movimiento de resistencia juvenil que se desató en Euskal Herria en los años ochenta. En el primer volumen abordó el contexto, la crisis y el punk. Y en el segundo, a la venta a partir del 11 de febrero, se adentra en las okupaciones, las radios libres y los fanzines.
Primer volumen: Contexto, crisis y punk
El punk, el asamblearismo y la percepción de una comunidad vasca reprimida por el Estado y oprimida por el sistema capitalista en un contexto de crisis económica y política, favorecieron el desarrollo de un movimiento que, mediante elementos como el Rock Radical Vasco, derivó en toda una serie de propuestas y alianzas culturales y políticas.
(*) Completado por una cronología que recoge todos los conciertos, discos y maquetas del punk de los ochenta, además de un actualizado y extenso anexo con la historia de todas las bandas vascas de referencia.
Segundo volumen: Radios libres, fanzines y okupaciones
La segunda parte de Movimiento de resistencia es uno de los análisis más exhaustivos y extensos publicados hasta la fecha en torno al fenómeno comunicativo que supusieron las radios libres y los fanzines en los años ochenta en el país, aportando información inédita y recopilando otra de proyectos que se fueron quedando por el camino. Además, a partir de entrevistas con los protagonistas y partiendo de su propia experiencia militante, Jakue Pascual nos ofrece un recorrido por los gaztetxes, reviviendo una época de la que, como muestra este trabajo, aún queda mucho por contar.
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El autor
Jakue Pascual es sociólogo y colaborador en varios medios de comunicación y proyectos comunicativos alternativos. Participante en los movimientos ecologista y antimilitarista, en el grupo Zirikatu del Gaztetxe de Bilbao y en la regeneración del tejido alternativo, libertario, de izquierdas y abertzale en las décadas de los ochenta y noventa. Entre sus publicaciones hallamos, entre otras, Telúrica vasca de liberación, El juguete de Mari y Anarkherria, junto a Mark Legasse y que fue reeditado por Txalaparta en 2011.
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