'En país extraño': anhelos y esperanzas de un escritor en la clandestinidad
La publicación en castellano de esta novela, escrita inicialmente en euskera, coincide en el tiempo con la puesta en libertad de su autor. Mikel Antza nos descubre las reflexiones, las esperanzas y los anhelos de un escritor que una vez huyó y desde entonces vive en un eterno camino de vuelta.
Una brillante promesa de la cultura vasca tiene que huir tras ayudar a dos presos políticos vascos a escapar de prisión, y desde entonces vive en el exilio, alejado de su entorno y acechado por un mar de dudas. ¿Cómo seguir escribiendo desde el epicentro de una guerra? ¿Qué esperar y cómo afrontar la vida en clandestinidad? ¿Podrá alguna vez salir de ese silencio que lo engulle y retomar la escritura que tanto anhela? En esta novela llena de elipsis, el escritor, exiliado primero, comprometido en la lucha por la liberación de su país después y encarcelado como consecuencia de ello, reflexiona en una celda de castigo sobre su condición presente y su incierto futuro, y el exilio se nos presenta como un destierro interior más que geográfico.
Mikel Antza ya no está en país extraño y, como herramienta de lucha, ya no tiene que elegir entre la pluma y la espada. Esta novela escrita en prisión nos muestra que, a veces, la pulsión literaria puede ser lo suficientemente fuerte como para dejar su huella escrita.
En esta novela, Antza narra cómo empieza a involucrarse en ETA, primero como refugiado político y luego en la clandestinidad, tras haber dejado atrás a amigos, amigas, novia y familia. Dejando a un lado los detalles, nos cuenta cómo un hombre empieza a militar en un grupo armado, los sentimientos que tiene, las dudas y preocupaciones, cómo se enamora, sus recuerdos, sus deseos. Porque, en la narración, adquiere más importancia la vida sentimental (por decirlo de algún modo) del protagonista que los vaivenes políticos. Y creo que es precisamente aquí donde es más potente la narración de Antza, describiendo cómo influye la lucha armada en el día a día de una persona y de la gente que le rodea.
Beñat Sarasola
Es una novela ‘policiaca’ de clandestinidad, también es una novela autoanalítica sobre el exilio (un exilio doble: de la literatura y de Euskal Herria; en este punto es donde yo encuentro una gran similitud con Lagun izoztua-El amigo congelado de Joseba Sarrionandia) y, al mismo tiempo, es una novela-denuncia sobre la situación en las cárceles (menos, hay que reconocer, de lo que era Ospitalekoak [anterior novela de Antza]). Pero no es tanto una novela política. O quizás sí.
Beñat Zaldua
Es una novela que mira hacia dentro, más que hacia la acción, hacia el mundo interior del militante, que quiere trasladarnos sus preocupaciones y reflexiones. Escrito en la cárcel, un trabajo que es un nuevo hito del Mikel Antza escritor. Al parecer, Antza se preguntaba si sería capaz de escribir. Es capaz, sin lugar a dudas.
Irati Marañon
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Mikel Albisu Iriarte, Mikel Antza
(Donostia, 1961). Publicó su primer cuento –bajo seudónimo– en el primer número de la revista literaria Susa en 1979. Posteriormente fue colaborador habitual del semanario Argia, donde fue responsable de la sección de teatro. Antes de que su trayectoria política se entrecruzara con la literaria, publicó una obra de teatro (Beteluko balnearioko mirakulua, escrita junto con Iñaki Uria para que fuera representada por la compañía Branka) y textos narrativos (Lehen bilduma 82-84 y Odolaren usaina). Durante su estancia en la cárcel ha escrito la obra de teatro Z2 (2013), el libro de poesía Ametsak ere zain (Susa, 2015) y sus tres últimas obras en prosa: Ospitalekoak (Susa, 2010), Bakarmortuko kronikak (Ataramiñe, 2011) y Atzerri (Susa, 2012), novela que Txalaparta publica ahora en castellano.
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