'Campamento base': prólogo de Juan José Ibarretxe al libro 'El derecho a decidir', de Jaume López
Hace algún tiempo, conversando con Jaume, le decía que lo que nosotros habíamos hecho, aquí en Euskadi (desde la Comunidad Autónoma del País Vasco como parte integrante del Pueblo Vasco), desde comienzos de siglo y hasta el año 2008, fue establecer un campamento base para desarrollar y ejercer el derecho a decidir.
No lo hicimos por capricho. Profundizar en nuestra identidad como pueblo, no confrontando sino conviviendo con otras identidades, sabíamos que era y es el único salvoconducto para sobrevivir en un mundo globalizado pero injusto y cruel. Así las cosas, era necesario y urgente profundizar en nuestro autogobierno para presentar, no solo a Europa, sino al mundo un proyecto de país propio y diferenciado. Hoy, Euskadi, al igual que Catalunya, no somos, como otros países europeos, interdependientes dentro de la Unión Europea, sino países dependientes en segundo grado de Europa y de España. Nos dimos cuenta de que el problema no era la independencia, sino la dependencia.
Y para realizar este camino observamos que para el Pueblo Vasco en la aplicación del derecho de autodeterminación –principio democrático– se presentaban dos tipos de “interesados” argumentos en contrario. Por un lado, el “argumento internacional” que lo circunscribe a las colonias (aunque la reunificación alemana se realizó en aplicación del mismo). Y, por el otro, el “argumento local” que impúdicamente ligaba el derecho de autodeterminación con la violencia de ETA y la independencia. Fue por esta razón –desenmascarar argumentos falaces– por la que creímos que debíamos realizar una “innovación socio-política-jurídica” que nos permitiera superar estas “piedrecitas” en el camino. De esta forma se estableció el campamento base del derecho a decidir a partir del año 2001, concretándolo en el Nuevo Estatuto Político de Euskadi, aprobado por mayoría absoluta del Parlamento vasco en 2004, que posteriormente fue presentado y rechazado “de un portazo con malas artes” por parte del Congreso español en 2005. Así como en la Ley de Consulta aprobada por el Parlamento vasco en el 2008 y posteriormente anulada por el Tribunal Constitucional, utilizando a modo de buen “árbitro comprado” aberrantes argumentos jurídico-políticos, que por cierto posteriormente han sido calcados para con las decisiones democráticas tomadas por las instituciones en Catalunya.
Sea como fuere, aquello marcó un antes y un después en la relaciones políticas de Euskadi –también de Catalunya– con España. Y si bien es cierto que utilizando “esta vía” en el caso vasco salimos del campamento base y llegamos al “campamento 1” (hacía muy mal tiempo y tuvimos que volver, pero dejamos huella en la nieve), en el caso de Cataluña estáis ya en el “campamento 3”. Y, lo que es más importante, en la mente de nuestras gentes habita ya la “utopía realizable” de que se puede, de que si queremos podemos.
Lo que no es nuevo, lo que no es innovador, sino lo de siempre, es la reacción del Gobierno español; esté quien esté al frente, PP o PSOE. No olvidemos que no se decían cosas diferentes de los vascos, del Parlamento vasco y del lehendakari de las que hoy se dicen de los catalanes, de su Parlament y de su president. Esto es también un aprendizaje para los dos pueblos. Entonces era el “seny català” lo que se valoraba en España, hoy es el “seny vasco”.
En definitiva, un placer –y un honor– para mí realizar esta breve introducción a un gran trabajo de Jaume López. Uno más de los muchos y buenos que Jaume y una buena parte de intelectuales catalanes comprometidos están haciendo para ir democráticamente más allá del campamento base. Y sí, excepcionalidad no es ejercer la democracia sino impedirla.
Aurrera Catalunya… Aurrera beti!
Juan José Ibarretxe
Contenidos relacionados
Cinco ideas básicas para entender el derecho a decidir en Catalunya · Jaume López
2017.12.21
Hablando del derecho a decidir en serio • Jaume López
2018.02.11
Derecho a decidir: más de lo que parece | Jaume López
2018.10.24
Iruzkinak 0 iruzkin