Reseña de 'Tirar del hilo', por Sergio Cañón Otero

Sergio Cañón Otero, junto con Teresa Moure, autora, y Ane Eslava, editora, en la presentación del libro. 

Elsa siempre que los considere intentará manipular los dados, como tantas otras hicieron antes, porque comparte un relato común frente a la imponente sombra que encarna el miedo en el hogar. Sabe que, si jugamos demasiado bien, podemos ganar la partida.

Hilando, urdiendo y zurdiendo tantas veces como la vida la invita a ello, Elsa recorre las peripecias de una casa donde descubre las más endiabladas y tiernas muestras sobre la crianza. Desde la aparente voz adulta de una niña, nos muestra cómo ser expertas en el juego: ella siempre que lo considere intentará manipular los dados, como tantas otras hicieron antes, porque comparte un relato común frente a la imponente sombra que encarna el miedo en el hogar. Sabe que, si jugamos demasiado bien, podemos ganar la partida. Por eso a Elsa le interesan mucho más las estrategias de la tía Moncha cuando decide ser espía mientras friega un batallón de loza, que el acto de contemplar durante horas cómo secar unos sellos. Al final, ella decide ser experta en contra-ajedrez.

Aunque las niñas circulasen repetidamente de una vivienda a otra, todas estaban sometidas a las reglas del gineceo: habían de mantenerse (tan) cautas y obedientes tanto fuera como dentro de aquellas paredes. Nosotras, quizá también. Por eso tenemos la efervescente necesidad de hacer temblar los cimientos que sostienen cualquier intento por definir los límites de aquello que nos pueda predecir. Por eso, Elsa ignora la brillante pantalla de un televisor mientras padece las fiebres reumáticas, pero se sumerge en las lecturas que le permiten la apertura a nuevos mundos. Sin embargo, debemos confesar un secreto: este es un derecho reservado para las que experimentan la categoría; como la tía Elsa que, quizá sin ser conocedora de lo que años después comentaríamos, ignoraba la edad por ser un artefacto abyecto en su crianza que limitaba su desacato y no la permitiría, ante nuevas ciclogénesis, refugiarse en el útero textil.

Los largos inviernos podrían ser más acogedores si todas tuviésemos un abrigo reversible. Por la contra, la cólera del padre de Elsa dio lugar a la eclosión del jardín y el cambio climático pretende arrasar con todo; aunque sigamos hilvanando las páginas de esta novela, el ovillo termina por deshacerse. Y aquí estamos: tirando del hilo.