Rubén Darío
1867 Metapa (Nicaragua) - 1916 León (Nicaragua)
Félix Rubén García Sarmiento, conocido universalmente como Rubén Darío, vino al mundo, casi por azar, en una pequeña localidad nicaragüense llamada Metapa, el 18 de enero de 1867. Inquieto e insatisfecho, angustiado ante el dolor y la idea de la muerte, Darío transita entre el optimismo frenético y el más profundo pesimismo. Darío fue uno de los grandes renovadores del lenguaje poético en las letras hispánicas. Azul (1888), Prosas Profanas (1896) y Cantos de vida y esperanza (1905) sitúan a Rubén Darío entre las más altas cumbres de la poesía universal. La muerte, a quien había temido como un niño a la oscuridad, le alcanzó, sin que él apenas la notara, en 1916, cuando el poeta tenía 49 años. Estas palabras escritas veinte años antes de su muerte representan un magnífico epitafio: «En verdad, vivo de poesía. Mi ilusión tiene una magnificencia salomónica. Amo la hermosura, el poder, la gracia, el dinero, el lujo, los besos y la música. No soy más que un hombre de arte. No sirvo para otra cosa. Creo en Dios, me atrae el misterio; me abisman el ensueño y la muerte; he leído muchos filósofos y no sé una palabra de filosofía. Tengo, sí, un epicureísmo a mi manera: gocen todo lo posible el alma y el cuerpo sobre la tierra, y hágase lo posible para seguir gozando en la otra vida».