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Te vi marchar Cómo Thoreau, Emerson y James confrontaron el duelo tras la pérdida de sus seres queridos y así cambiaron el rumbo de la filosofía y la psicología mod
Robert Richardson, autor de las biografías magistrales de Henry David Thoreau, Ralph Waldo Emerson y William James, nos relata en este libro las historias personales e interconectadas de estos tres autores que cambiaron para siempre la filosofía y la psicología contemporáneas. Pero ¿de qué tipo de historias hablamos? La muerte de una esposa que no llegó a cumplir los veinte años, o de un hijo que apenas empezaba a ver el mundo, o de un hermano que ni siquiera alcanzaba la treintena... Fallecimientos extremadamente dolorosos y duelos terribles que la razón no quiere admitir... Y, sin embargo, lo importante de este texto no está ahí, en la mera aceptación, sino en la manera en que estos pensadores supieron leer, a raíz de estas pérdidas, el libro secreto de la naturaleza: pasando de ver el mundo como un cúmulo de individuos irremplazables a entenderlo como un tejido en el que el conjunto de los seres vivos somos hilos de una misma totalidad. Pero, además, los tres intuyeron e integraron la profunda fuerza reparadora que se aloja en todo lo que es y las armonías ocultas que sostienen el cosmos, para así renacer ellos mismos mucho más sabios y vitales. En otras palabras: Thoreau, Emerson y James nos enseñan a través de sus respectivas decisiones vitales a afrontar con resiliencia un duelo necesariamente devastador, es decir, saber recuperarnos de las pérdidas, levantarnos tras ser derribados y construir prosperidad desde los escombros del desastre. Igualmente, descubrimos que para estos tres pensadores ese aprendizaje se convirtió en el fuego secreto que avivó sus obras fundamentales, reconocidas hoy como clásicos a los que seguimos acudiendo en busca del conocimiento y el refugio que nos ofrecen. Ninguno de esos libros referenciales para la cultura contemporánea habría sido posible si sus autores no hubieran sabido pisar descalzos las brasas ardientes de la ausencia, señalándonos así el camino hacia la transformación y el renacimiento.
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