Alternativas a los embutidos y carnes procesadas
El médico y divulgador sanitario Antonio Palomar desgrana en 'Alimentación inteligente, cocina saludable' el amplio abanico de posibilidades que tenemos para ir abandonando paulatinamente los procesados cárnicos y los embutidos y sustituirlos por alternativas más saludables.
Pocos son los alimentos que reúnan tantos riesgos para la salud como los embutidos y las carnes procesadas (salchichas, bacon, fiambres, jamón cocido, carnes curadas o adobadas...). En ellos se concentran gran parte de los errores de la dieta occidental actual: exceso de proteínas y grasas animales, exceso de sal, déficit de fibra y contaminantes ambientales asociados a grasa animal (COP); algunas contienen también nitratos y nitritos. Por lo tanto, su consumo regular aumenta el riesgo de una serie de patologías casi idénticas a las relacionadas con las carnes rojas, aunque, al parecer, el efecto de las carnes procesadas es incluso mayor, según el estudio publicado en 2012 por la Universidad de Harvard (según este trabajo, los embutidos y carnes procesadas aumentarían la mortalidad global un 20 %, un 21 % la muerte cardiovascular y un 16% la muerte por cáncer).
Hay pocos embutidos que se salven de la quema. Quizás algo más sanas que otras chacinerías sean algunos tipos de morcilla elaborados con arroz, cebolla, puerro... En general, este es un grupo que hay que evitar o tomar muy de vez en cuando. Como alternativas proteicas al consumo de embutidos y carnes procesadas están las proteínas vegetales (legumbres, nueces y frutos secos, el tofu y otros derivados de la soja), la leche y leches fermentadas, las carnes blancas y magras (conejo, pavo y aves) o el jamón ibérico de bellota ("el jamón ibérico es un olivo con patas").
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