Muerte desde Las vegas La guerra de drones y la resistencia a la fantasía norteamericana

En un híbrido de crónica, ensayo antropológico e informe psicológico, Joseba Zulaika rescata en persona el estremecedor relato de los pilotos de drones norteamericanos. Soldados de la guerra moderna, que llevan efectuados más de 50.000 bombardeos en los conflictos que los Estados Unidos ha provocado en el siglo XXI en Afganistán, Irak, Siria o Libia. Desde un ángulo diferente al que ofrecen los mass media, las voces de los pilotos y las personas que protestan frente a las bases militares de Nevada, nos ayudan a comprender las atroces consecuencias de estas invasiones imperiales. Carente de una percepción acertada de la realidad social y política, la estrategia militar deja una inmensa red pelágica de víctimas, la mayoría civiles anónimos, que ya se cuentan por cientos de miles.

Zulaika no solo descubre el trauma de esos pilotos acuciados por la culpa de cuanto han hecho, sino que dibuja lo que serán las próximas guerras. Sus primeros responsables son los comandantes en jefe de esos pilotos, los recientes presidentes de los Estados Unidos. La demencial planificación y el devenir de los objetivos a eliminar partía de condecorados mandos militares y contó con la aquiescencia de los más altos cargos presidenciales. El mismo presidente Barack Obama se reunía semanalmente con sus ayudantes para confeccionar la Kill List, el listado de personas a ejecutar desde los drones. Todo ello mientras recibía el Premio Nobel de la Paz.

“Matamos porque podemos” es la consigna que resume la política militar estadounidense. Aquí se concreta la prepotencia y el desprecio hacia las poblaciones ocupadas. Calificadas en su conjunto como enemigos o degradados a la peyorativa denominación de terroristas. Ejecutadas casi como si de un video juego se tratara, los pilotos de drones militares matan a miles de kilómetros del frente de guerra, volviendo al final de su jornada laboral a su hogar, con las manos temblorosas y la conciencia manchada sin remedio.