Memoria urgente
Una enfermera secuestrada durante la dictadura chilena regresa a su país tras un largo exilio. Allí se encuentra con su torturador, ahora convertido en un paciente vulnerable en el mismo hospital donde ella trabaja. María Rosa y el Príncipe, torturada y torturador, entablan una relación enfermiza en la que la violencia y los afectos se entretejen. Entre las páginas de esta novela se exploran las complejidades de la mente frente al trauma y las estrategias tortuosas para sobrellevar el sufrimiento. Un relato que aborda la violencia, la manipulación psicológica y los límites de la resistencia humana en la época más sombría de la historia de Chile.
La protagonista de Carne de perra, María Rosa, se encuentra congelada en el silencio del presente y paralizada por el recuerdo de la violencia que sufrió. Habita una ciudad donde los círculos del infierno no se encuentran solo en las salas de tortura, sino también en los bares y las viviendas de la clase media, en las habitaciones de los hospitales públicos, en los silencios al otro lado del teléfono.
Existen numerosos relatos y testimonios sobre la dictadura chilena, pero no muchos consiguen transmitir la violencia y el declive ético de aquella época de forma tan impactante como Carne de perra. La autora logra en esta novela algo difícil: aterrar a quien la está leyendo. Sime se sumerge en la complejidad de cómo la mente se enfrenta a las secuelas del trauma, sin emitir juicios sobre el abuso.
A través de las torturas ejercidas por el personaje poderoso y patriarcal del Príncipe a María Rosa, e intercalando fragmentos de pasado y presente, refleja las dinámicas establecidas en el periodo dictatorial.
La protagonista es secuestrada por la policía secreta de la dictadura chilena; es torturada física y psicológicamente, degradada y humillada; luego obligada a participar en operaciones de esos mismos organismos y enviada al exilio. Años después regresa a Chile, donde trata de reintegrarse en la vida social.
Ha pasado el tiempo, pero su identidad sigue fracturada. Los fantasmas de lo vivido también vuelven, y ella trata de reconstruirse a sí misma mientras recuerda, pero las heridas no se cierran fácilmente. Mediante ese ejercicio de memoria, se pone de manifiesto la dificultad de superar el trauma para una mujer a la que la violencia ha destruído en diferentes sentidos.
Con un título duro, directo, Sime nos prepara para una escritura apresurada, urgente. Mediante un estilo crudo, logra transmitir la manipulación psicológica y las estrategias que las personas desarrollan para enfrentarla. ¿Hasta qué punto podemos soportar las adversidades? ¿Cómo responde nuestro cuerpo cuando se trata de sobrevivir? Una historia personal que nos habla de una experiencia colectiva; un texto que nos interpela desde el género y desde la memoria.
Uno de los motivos por los que escribí este libro es la rabia que me daba que hubiera gente que quisiera pasar la página de nuestra historia, olvidar y querer hacer desaparecer la memoria, la memoria nos hace humanos, somos lo que recordamos. También por mi interés en el binomio víctima/victimario que, por mi profesión, soy matrona, ha estado muy presente. He visto la violencia hacia la mujer en muchas de mis pacientes. Creo que ambos temas son muy relevantes en la novela.
Fátima Sime, autora
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